Respuesta a: Módulo 5. Testimonios de víctimas de vvvgi

#13861
AvatarSilvia Martínez
Participante

Buenas tardes, por suerte yo no he tenido que ser una «madre protectora» pero a lo largo de mi vida profesional me he encontrado con numerosas situaciones que dejan patente que todos los testimonios, todas las palabras, todos los llamamientos son insuficientes (pero muy, muy necesarios) en una sociedad en la que a día de hoy, las mujeres siempre estan, estamos, bajo sospecha.

El caso más significativo que he tenido en mi despacho fue el de una mujer que detectó que su hija estaba siendo abusada por su abuelo paterno (llevaba meses separada del padre de la menor pero esta visitaba a los abuelos con frecuencia porque el progenitor trabajaba fuera de ASturias y mi cliente no quería que la niña perdiese el contacto con ellos)
Lo que vino después fue un auténtico calvario, no solo para la madre, sino para mi, como profesional, porque ambas fuimos cuestionadas y puestas en entredicho, a ella se le acusó de utilizar unos supuestos abusos para separar a la niña de sus abuelos – con que necesidad, no había ningún motivo- y a mi, de participar en ese «perverso juego» de usar los abusos para «perjudicar» a un hombre.
Mi cliente fue sometida inauditamente a un test de veracidad que pasó sin problemas. Tanto las pruebas psicológicas como otras muchas (testificales del pediatra de la niña, de sus profesoras en la guardería que manifestaron como justo en el tiempo en que sucedieron los hechos la pequeña dejó de comer, se volvió irritable y hosca, pegaba a sus compañeros y no dejaba por nada del mundo que le tocasen ni le cambiasen el pañal) acreditaron que cuando la niña le contó a su madre que cada vez que el abuelo le daba un beso se meaba pero de color blanco, no había ninguna fantasía ni ningun testimonio prefabricado por la madre. Máxime cuando poco posible es que una niña de cuatro años recuerde algo que su madre le está mandando decir.

En definitiva, a pesar de todo eso, el abuelo fue absuelto y la niña se vio obligada a ir a verlo hasta que falleció hace pocos años.
Me cuesta mucho escribir sobre esto, lo hago de modo atropellado y sin corregir, desde el corazón, porque para mi fue uno de los momentos más terribles y dolorosos de mi vida profesional (y también personal). Durante muchos años no he querido enfrentarme a ningun tema de agresiones sexuales ni mucho menos en menores, pero tenía que hacer este curso y tenía que enfrentarme a esta dura realidad porque … insisto… aún queda mucho, todo, por hacer, a pesar de que también se haya avanzado otro tanto.

Saludos y feliz tarde