Respuesta a: De la Violencia Estructural de Género a la Violencia Vicaria e Institucional

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Celia GarridoCelia Garrido
Moderador

Muchas gracias Alba y Sonia por vuestras prontas respuestas.

Ambas habéis coincidido en el tema de la custodia compartida, aunque desde puntos de vista distintos. Dice Alba que es la mejor opción siempre que las relaciones entre los progenitores sea de cooperación; y, sin embargo, Sonia, plantea que la custodia compartida está resultando un arma de doble filo en los casos en los que hay violencia.

Como ya sabemos, la ley impide que se llegue a custodia compartida cuando hay vg, como también obliga a que se suspendan las visitas y la mediación. Sin embargo nos estamos encontrando con muchos casos en los que ni se suspenden las visitas, ni la mediación, y se dan custodias compartidas. ¿Por qué? porque se minimiza la violencia, porque pasa desapercibida y no se considera como tal, porque mejor un «mal» padre que la susencia de padre….pero ¿para quien es mejor? ¿se piensa en el interés superior de las criaturas? ¿qué interés es el que prevalece?.

Si se están dando custodias compartidas incluso en casos de vg, ¿podemos imaginar que está pasando en los casos donde no hay denuncia, no se admite o hay archivo? Hemos de tener en cuenta que según la última macroencuesta sobre vg, el 68% de las mujeres que han vivido violencia no denuncian, salen de la relación mediante el divorcio. Si esto no se contempla y, como decía Sonia, no se tiene tampoco en cuenta que la situación de partida de las mujeres es de subordinación, es muy fácil «blanquear» la violencia desde las instituciones convirtiéndola en relaciones conflictivas. Y así forzar mediaciones, obligar a pasar por la coordinación parental o aceptar una custodia compartida como mal menor. Las madres que han vivido violencia no siempre son conscientes de ello y tienen que verlo reflejado en sus criaturas para darse cuenta. Pero aquí viene el problema, porque cuando ellas creen a sus criaturas y tratan de protegerlas, el sistema de protección, que ya le puso la etiqueta de «divorcio conflictivo» a la violencia y la degradación a la que ella estaba siendo sometida, reintepreta lo que está pasando y lo convierte en «manipulación», «instrumentalización, «alienación»de la madre. Y así se desactiva cualquier intento de las madres por proteger a sus criaturas.

Y ¿que pasa en las situaciones de aparente cooperación entre progenitores? ¿sería la custodia compartida la mejor opción? ¿que significa que ambas partes cooperen? Si una pareja rompe su relación por falta de entendimiento ¿cabe pensar que van a alcanzarlo en la educación de sus hijos e hijas, en la logística diaria, en la toma de decisiones? Así visto ¿es, de verdad, la custodia compartida la mejor opción?

Consuelo Barea en su libro «Los inconvenientes de la custodia compartida», un meta estudio que analiza por qué la custodia compartida se ha acabado imponiendo como la mejor opción y que ha pasado en países que la adoptaron como preferente, concluye que tendría que darse tantas condiciones optimas para que fuera viable que: «…es recomendable para una minoría de familias separadas. Pero solo podría imaginármela como opción preferente en un mundo ideal futuro en el que la igualdad fuera la norma auténtica de convivencia privada y pública, la violencia de género fuera una patología social, casi erradicada, y la situación general socioeconómica fuera buena en general. Pero en este mundo, aquí y ahora, las cosas no suelen así ser así. Hasta que los cambios sociales y legales obliguen de verdad a los hombres a no ejercer un poder patriarcal, y a participar más activamente en la crianza responsable de los hijos,es arriesgada para madres e hijos, una preferencia legal por un régimen de custodia compartida, en cualquiera de sus modalidades.»

Mañana más!!

Celia