Lo que más destaco de las víctimas de violencia es la poca autoestima que tienen, minada durante años, la gran dependencia que sienten del agresor y el miedo, vergüenza y sentimiento de culpa que arrastran consigo. La violencia psicológica es difícil de demostrar, y más si se sienten juzgadas y cuestionadas por los diferentes profesionales a las que pueden acudir y que sin el apoyo suficiente provocarán que ellas no puedan volver a pedir ayuda.
Es fundamental darles tiempo, escuchar, crear ambientes seguros y de confianza, ver más allá. Coincido con las compañeras con la necesidad de formación e implicación.
